Los grados de identificación de cada ser humano pueden oscilar
desde la identidad personal, que es única e irrepetible, a niveles socialmente
superiores, simplemente reconociéndose como miembro de la humanidad. Incluso,
yendo más lejos, habrá quien se identifique como un ser vivo más entre otros.
Pero hablando de esa peculiar condición, la de considerarse ser humano y, en
consecuencia, con la exigencia de reconocimiento de la misma dignidad para cada
uno de ellos, no se puede olvidar que todos somos socializados en una cultura
que nos proporciona una determinada visión del mundo, una eficaz forma de
adaptación a nuestro entorno, y una apertura de posibilidades más o menos
limitadas para desarrollar nuestra forma y proyecto de vida.
Estos vínculos identitarios compartidos socialmente pueden ser
los propios de la comunidad local, o de la comunidad en la que se ha estado
integrado a lo largo de generaciones, formando parte de un pueblo con una común
historia y experiencias vitales compartidas, generando una identidad social
diferente de la sentida en otros pueblos de cultura e historia propias; y ello,
incluso, a pesar de haber mantenido estrechas relaciones a lo largo del tiempo. Esa
identidad social también puede quedar debilitada en el seno del Estado o los
Estados que política y administrativamente organizan la sociedad en la que discurre
la vida de los propios pueblos, convirtiéndose el Estado, de la misma forma, en identidad
sentida. Así, hay quienes se sienten, más que de tal o cual
comunidad cultural, españoles y, también, quienes se sienten europeos.
Nadie podrá objetar el derecho que cada cual posee a la
defensa de su identidad personal, sea en sus componentes socio-culturales,
socio-políticos y morales o religiosos. ¿Pero qué sucede cuando la identidad
social (también la personal) no se corresponde con el aparato del poder político, con el Estado, que
ejerce la fuerza hegemonizadora en la sociedad. El conflicto está servido. Pero
lo que no puede alegarse es que no se tenga derecho al reconocimiento de esa identidad social, al reconocimiento de la misma frente a la que
goza de la protección del aparato de poder.
Pero lo que es más gravemente inadmisible, desde una perspectiva
ético-política, es la planificada asimilación de otras culturas para disolver
la identidad de esos pueblos. Esos intentos, de los que la etnocentrista historia está
plagada de ejemplos y que, particularmente, Andalucía sufrió desde el siglo
XIII por la expansión colonizadora europeo-castellana, continuaron para todos los pueblos del Estado desde la Guerra Civil. Con las elecciones de
1977 y la instauración de la democracia, los pueblos en los que no habían
desaparecido aún los vínculos con los que se identificaban los miembros de esa
comunidad, exigieron el reconocimiento como tales. Y esa exigencia de
reconocimiento ha ido en general, aunque desigualmente, en aumento. Pero el poder político ha
reaccionado frente a ellos tratando de preservar por encima de todo su
particular visión acerca de la identidad nacional (igual a Estado español), extendida también entre
amplios sectores de la ciudadanía, la misma que se impuso de forma violenta en
la Guerra Civil. En definitiva, aquella que mejor se adaptaba a los intereses
de la clase social que resultó triunfadora en aquella contienda.
Para ello nos vuelven estos días, según palabras del ministro de
Educación José Ignacio Wert, con la pretensión de españolizar Cataluña, como
también lo harán con los demás pueblos que hoy administra el Estado español.
Esta operación asimilista, como toda operación fascista, anuladora de la
diversidad cultural y el derecho a la emancipación de los pueblos, nos plantea
un conflicto que es un paso atrás en lo que hasta ahora ha sido una larga
marcha en el reconocimiento de los derechos humanos. En la misma Declaración Universal
de los Derechos Humanos se reconoce que la “voluntad del pueblo es la base de
la autoridad del poder público”; por tanto, no es la autoridad del Estado,
por importantes que sean los apoyos en que este se sustente, quien tiene la
capacidad legitimadora para decidir las formas de organización y gobierno del propio pueblo.
También la misma declaración reconoce la obligación del Estado a satisfacer los
derechos culturales (entre otros) indispensables a la dignidad y libre
desarrollo de la personalidad de cada miembro de la sociedad. Así, desde esta
perspectiva, cualquier intento asimilista, cualquier intento por debilitar la
cultura de un pueblo, se sitúa fuera del marco de la declaración de derechos
humanos.
Esta operación impositiva por parte del Estado, del brazo
ejecutor del mismo, carece de legitimidad moral y está condenada al
enfrentamiento con los pueblos, que como las personas, tienen derecho a no
renunciar a aquello que "son", a su identidad. La preservación de la identidad cultural
y el derecho de autodeterminación, es un derecho que toda cultura y todo pueblo
posee, y en el ejercicio de tales reside la capacidad de ese pueblo, de los
individuos que lo componen como miembros de esa sociedad, de organizar la
convivencia entre ellos y con los demás pueblos.
Paco no puedo en esta ocasión estar de acuerdo con lo publicado.
ResponderEliminarTenemos que situar el problema; Es al dia de hoy Catalunya una nación independiente, No lo es; Son españoles los ciudadanos de Catalunya, Si lo son; Existen dos culturas la española y la Catalana, si existen; Tienen derecho los ciudadanos a elegir en que lengua vincular en la que se van a formar sus hijos (estudiando la otra lengua) Si lo tienen.
Llevo viviendo en Catalunya bastantes años, jamás tuve problemas de comunicación, la gente respeta la lengua materna del otro, en la escuela los niños dan todas las asignaturas en catalán excepto 2 horas de lengua castellana a la semana, a los tutores últimamente los políticos con mando, les han prohibido hablar con los padres en castellano (si no entienden el catalán que lo aprendan).
Lo que ha manifestado el ministro ha sido: Aumentar la enseñanza en español en un 65% y el restante 35% en catalán, solo para aquellos padres que lo soliciten. (Bravo por el Ministro)
La realidad de la enseñanza en Catalunya es el poder enseñan a los muchachos la Historia de Catalunya, pero la historia no real si no aquella que los partidos nacionalistas se han inventado, presentan a Rafael Casanova como un héroe que luchó por mantener la independencia de Catalunya frente a España opresora (FALSO) A la muerte del Rey de España sin dejar herederos, Los Borbones y los Austrias (Carlistas) se disputaban los derechos de la Corona Española, Catalunya con Rafael Casanova al frente optó por aliarse con los Austrias y ganaron los Borbones.
Catalunya jamás fue nación y jamás fue independiente, siempre formó parte del Reino de Aragón, con la unión de los Reyes Católicos, se constituyo lo que hoy conocemos como España, esta es la historia resumida en unas líneas.
Con la llamada inmersión lingüística se enseña otra historia a los niños y adolescentes, España es el Estado opresor, España se lleva gran parte de la economía catalana, a los andaluces y extremeños les dan lo que a nosotros nos quitan, los catalanes trabajando y pagando impuestos para que andaluces y extremeños se lo gasten en en bar, etc.
Estos son los mensajes que obligadamente se están inculcando en las escuelas, por ese camino la independencia de Catalunya caerá antes o después.
Para finalizar sabes que es mas fácil n Catalunya estudiar Ingles, Francés, Alemán o Chino que español. Creo que respetando a aquellos que quieran toda la enseñanza en catalán, tenemos derecho otros a que nuestros hijos estudien en catalán y en español
Gracias señor ministro
Juan, no es mi pretensión en este artículo polemizar sobre los perjuicios o efectos beneficiosos de una supuesta independencia de Cataluña para propios y extraños. Tampoco quiero cuestionar los referentes históricos que utilizas, y que otros interpretan de forma diferente, como tampoco discutir acerca de la política de inmersión lingüística.
EliminarPor regla general, las apelaciones a la historia se realizan como justificaciones añadidas para explicar o entender cómo se ha formado la identidad de ese pueblo. Pero no es lo decisivo desde el punto de visto ético-político. Aquí, en este terreno, lo que importa es quién decide sobre la organización social del pueblo. Y en el caso del Estado español, formado por la voluntad de los noble feudales, nunca han hablado los pueblos. O han sido derrotados, como sucedió con las revueltas comuneras en Castilla. Los tímidos intentos en las dos experiencias republicanas acabaron con la intervención del ejército a favor del Estado central, del modelo surgido desde Castilla.
Lo que es innegable es la conciencia de una común identidad entre los catalanes. Y es esa identidad compartida, su propia cultura, la que le otorga el derecho de autodeterminación. Lo mismo que cualquier persona tratará de impedir que no se le reconozca su propia identidad, sucede con la vida de los pueblos. Los intentos de asimilación pueden dar resultados inmediatos, más por efecto de la fuerza represora que los acompaña, pero es más dudoso a largo plazo. Pero sobre todo, moralmente no es legítimo. Ni Rusia ni Serbia lo consiguieron después de tantas décadas de intentarlo (con la URSS y con Yugoslavia). Incluso a veces ni con genocidios de por medio, como sucedió en Amerindia con los aymara o los quechua.
Las pretensiones del ministro van más allá de lo que tú planteas en materia lingüística. Eso es sólo el primer paso. Evidentemente supondrán un freno al desarrollo de la identidad catalana, como pasará con otros pueblos del Estado. Pero en los tiempos actuales lo que claramente van a suponer es una agudización del enfrentamiento, una radicalización de posiciones. Y el derecho de autodeterminación, sea para decidir la independencia, el Estado federal, la Confederación o el Estado de las autonomías, será competencia del propio pueblo. Aunque finalmente no puedan ejercerlo.
Un saludo.
Hay un libro "Història de Catalunya" que explica muy bien el sentimiento catalan y cómo formando parte del reino de Provença ya tenía una identidad propia. Muchas veces no entendemos el sentimiento de un pueblo porque por el mero hecho de estar dentro de la línea divisoria, geográficamente hablando, creemos que debe sentirse según lo esperado, en este caso españoles. Esto es un error. No sé, quizá deberíamos ser todos un poco más condescendientes y no echar más leña al fuego.
ResponderEliminarEn la actualidad se estudia catalán y castellano en los centros educativos, si bien es cierto que la mayoría de materias se estudian en catalán, lo cual no es ningún desastre, sirve para complementar la educación en catalán, o al menos así lo he entendido yo en mis años de formación allí. A pesar, de que existar mayor carga de lengua catalana, eso no obstaculiza la comunicación del castellano, ya que mayoritariamente la gente en la calle se comunica en castellano. Creo que este tema ha servido también para polemizar y poner de nuevo etiquetas absurdas a los catalanes.
Lo que no entiendo es la postura del ministro. Y que además para ser ministro debería medir más sus palabras. Creo que Catalunya sufrió enormemente las consecuencias del franquismo y no seré yo la que diga si ese pueblo es o no es soberano en el deseo de identidad propia.
Un saludo
ResponderEliminarOtro aspecto que suele pasar desapercibido (pasaré en cuanto pueda la referencia) es que en la pruevas de evaluación externaque se realizan en secundaria, es Cataluña precisamente de las comunidades donde más alta punuación alcanzan en conocimiento de lengua española.
Un saludo.
Paco, ese dato surge de las estadísticas, ¿Quien califica? el profesorado sujeto a las indicaciones que recibe de la Consejería de enseñanza "Para que en España no se diga que no impartimos español, hay que ser generosos con las notas de Lengua Castellana" y es evidete que lo son, pura estrategia.
EliminarPero siendo verdad lo señalado anteriormente, este no es el problema, el problema es que cualquier trabajador de cualquier autonomía desplazado por su empresa a Cataluña, no puede optar por la lengua Castellana como lengua vincular para la formación de sus hijos, aunque estan de acuerdo en estudiar Lengua Catalana tambien.
Si no se entiende algo tan simple dejaré en lo sucesivo de dar vivas al Sr. Ministro.
Ah por cierto, parece ser que en los colegios se está debatiendo el motivo por el que cuatro aviones F18 han sobrevolado el espacio Catalan, este hecho es considerado por los Nacionalistas incluida la marca de I.U. en Cataluña Iniciativa por Cataluña. como una amenaza del ejercito ante el proceso independencia.
La teoria y filosofía politca, están muy bien, pero las realidades son muy distintas a lo que los políticos manifiestan en sus discursos.
Saludos cordiales
ResponderEliminarLas pruebas de dianóstico son corregidas por el profesorado del Centro, y los cuadernillos con las notas enviados a la Administación. Si se maquillan los resultados puedo decirte que no es por parte del profesorado, pues se reune cada departamento implicado para supervisarlas. Y no puede haber instrucciones para puntuar. A parte de que las pruebas no se prestan a criterios subjetivos, una instrucción que pretendiera un falseamiento de los datos, ten por seguro que alguien se encargaría de levantar el escándalo. Y por "alguien" merefiero a casi todos los profesores/as. En el propio Centro, todo el mundo sabe la nota obtenida por el alumnado. Otra cosa son los resultados de los demás, pero los implicados de los mismos pueden saber si se han maquillado.
De hecho, en Andalucía los resultados están por debajo de la media, y a nadie se le ocurre tratar de inflarlos. Nos engañaríamos a nosostros mismos. Y todos/as queremos saber cuál es el nivel de nuestro alumnado en comparación con el resto de comunidades. Entre otros motivos, para analizar las posibles causas y tratar de mejorar resultados.
Un saludo.