miércoles, 28 de marzo de 2012

Izquierda Unida puede optar entre hacer pinza, o postularse como alternativa; una vez descartado el pacto de gobierno.



Un apoyo a la investidura de Griñán sin alcanzar ningún pacto de gobierno, nos retrotraería a los tiempos de la llamada pinza. En efecto, situados nuevamente en la oposición y compartida esta con el PP, votando en contra de las leyes que no se ajustan al programa de IU, y que el PP también votaría en contra, tendríamos el mismo escenario político con el que Rejón ejerció el liderazgo de IU, con grupo de 20 diputados/as -el máximo hasta ahora conseguido- en 1994. Este previsible escenario sobre el que algunos dirigentes de IU se han pronunciado favorablemente, es, a su vez, descartado si la pinza fuese con el PSOE y contra el PP. Es lo que sucedería si se dejase que Arenas formase gobierno, absteniéndose, como hizo el grupo parlamentario de IU en Extremadura..

No me queda claro cuál de ambas posturas sería mejor para que IU fuese determinante en las políticas que el Gobierno de la Junta aplicase en Andalucía durante los próximos años. En ambas situaciones proseguirían las políticas antisociales en marcha y la consiguiente oposición de IU. Por tanto, ambas abocarían a una legislatura incierta y convulsa. Como añadido, tal como se ha esgrimido en alguna ocasión, el dificultar la acción de gobierno, si este es del PSOE, incurriría en el riesgo de que en las siguientes elecciones el electorado castigara a IU por no haber alcanzado el acuerdo de gobierno. Respondería que, en principio, el contexto actual es muy diferente del que se produjo hace 20 años: situación política y económica diferente, electorado renovado, movimientos emergentes como el 15-M para el que los partidos mayoritarios realizan el mismo tipo de política, etc. Lo mismo que sería demasiado simplista achacar la caída a 12 diputados (los actuales) de los 20 que se tenían, tras la pinza, por no haber alcanzado el pacto de gobierno. No obstante, no deja de ser un elemento para el análisis y que habrá que tenerlo en consideración. Y con ello entramos en la que a mi juicio sería la mejor opción para IU: no alcanzar ningún acuerdo de gobierno y votar en contra de los dos candidatos.

IU tiene que poner sobre la mesa en cualquier negociación el pacto suscrito ante el pueblo andaluz y firmado ante notario. Esos puntos deben ser inamovibles. Así lo han expresado ya algunos dirigentes. Si no fuesen aceptados, lo que suponemos que sucederá, la consecuencia necesaria que podemos deducir es que no habrá pacto de gobierno. Siendo así, a IU le queda la opción de presentar su propio candidato, cuestión que sería rechazada. Sobre la mesa entonces quedarían las pinzas o la disolución del parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones. Para hacerle la pinza al PP, como hemos dicho, basta con abstenerse en la investidura de Arenas. Para hacérsela al PSOE, IU tendría que votar a favor de la investidura de Griñán y pasarse a la oposición.

Pero es más que probable que ni PP ni PSOE acepten una legislatura sometidos a la pinza. Y la alternativa que les queda a estos partidos es llegar a acuerdos para formar gobierno. A su favor tienen el que comparten lo sustancial de las políticas a desarrollar: sumisión a los mercados, aceptación de las decisiones de Bruselas, salida neoliberal de la crisis, terciarización de la economía andaluza, aceptación del modelo productivo, inserción en las estructuras político-militares de Occidente, etc.

Es más, mucho nos tememos que se utilice el reparto de poder en diferentes comunidades en esa negociación entre PP y PSOE. Especialmente entre Andalucía y Asturias, aunque Extremadura también la tengan presente. El PP pretendería gobernar Andalucía con apoyo del PSOE y a su vez, el PP permitiría el gobierno del PSOE en Asturias. En las dos comunidades, IU quedaría excluida del reparto de poder. Es más que probable que, con justificaciones poco convincentes -salvo para el que no las quiera ver- como que la crisis demanda ese esfuerzo mancomunado, que es el momento de tener altura de miras y hacer políticas de Estado, y cosas así, además de demonizar a IU, por supuesto, traten de persuadir, con la complicidad de los medios de comunicación, (adiós Público, adiós) a la opinión pública de su necesidad.

IU no debe tener prisa. Tiene que consultar a las bases informando con claridad de las alternativas que se presentan, y defender su programa en cualquier negociación. En ese tiempo se irán produciendo otras informaciones necesarias para que el pueblo andaluz pueda valorar más acertadamente a los partidos que dicen representarlo. Los presupuestos generales del Estado se aprobarán y de desde Bruselas, dirigentes e instituciones de la UE, se pronunciarán sobre la situación económica española. Los partidos políticos tendrán que decidir entre el dictado de los mercados, el dictado que responde a los intereses de la oligarquía financiera o los intereses de los pueblos y del pueblo andaluz. Así, IU podrá señalar con claridad la defensa del sistema que ambos partidos comparten, los intereses que defienden, y postularse, una vez más, como la única fuerza política que apuesta por los sectores desfavorecidos de la población y por otros modelos de desarrollo, por otro modelo de sociedad. 



sábado, 24 de marzo de 2012

Las políticas alternativas para Andalucía. IU-LV-CA como referente.




La política dominante, la ejecutada por el bipartidismo dominante (PSOE, PP), sitúa Andalucía a merced de la división internacional del trabajo. Con ella, Andalucía desempeña el papel asignado por las fuerzas que operan en el mercado global y queda sujeta a los vaivenes del capital especulativo. En los últimos 30 años, ello ha estado prácticamente reducido a sol y ladrillo (venido a menos), una agricultura en retroceso y que, incluso, ha alcanzado al modelo desarrollista y productivista de los cultivos bajo plástico. Frente a ella surgen opciones políticas que proponen nuevos modelos de gestión. De entre ellas, destacamos a Izquierda Anticapitalista, EQUO e Izquierda Unida-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía. De ellas, la única que realmente tiene opciones de representación institucional e, incluso, de ser una fuerza determinante en la próxima legislatura, es IU-LV-CA.

Tras 30 años de gobiernos del PSOE, las políticas desarrolladas en Andalucía han anulado su potencial identitario y la capacidad de autogobierno, siendo un apéndice más en el diseño político efectuado por los gobiernos centrales y la evolución de los mercados. El resultado hoy es una comunidad que continúa a la cola de la UE-15 en casi todos los indicadores (educación, empleo…) y con un porcentaje importante de su población empobrecida,  una ecorregión esquilmada y saqueada en recursos naturales, económicos y población. Si añadimos a eso las corruptelas y nepotismo generadas después de tantos años en el poder, los deseo de un cambio político están más presentes que nunca entre la población.

Pero los sondeos parecen indicarnos que aunque no obtuviera la mayoría absoluta, el PP será la fuerza más votada. Y entonces, las posibilidades para formar gobierno en la Junta de Andalucía son varias. Izquierda Unida no puede aceptar ningún pacto de gobierno salvo que su candidato, Valderas, sea el presidente de la Junta. Lo demás sería traicionar su programa y el contrato suscrito ante el pueblo andaluz y firmado ante notario. ¿Puede abstenerse en la votación del candidato? Eso le daría la presidencia al candidato del PP, quien probablemente será la fuerza más votada, repitiéndose lo acontecido en Extremadura. No traicionaría su programa (no gobierna), permitiría la deseada limpieza en las administraciones de la Junta y tendría la posibilidad de bloquear los presupuestos y las medidas antisociales a su paso por el parlamento.  Es decir, la pinza con el PSOE, si es que este partido se opusiera a las políticas del PP.  

Pero también podría votar en contra, al igual que el PSOE. Si es así, el bloqueo parlamentario está garantizado y será necesaria la convocatoria de nuevas elecciones. Pero presumo que no hará falta porque el PSOE facilitará el gobierno del PP, mostrando a las claras su sintonía en lo esencial de las políticas que han desarrollado y que preconizan para el futuro de Andalucía.

En consecuencia, a IU le quedan sólo dos opciones si no pacta gobierno ni con PP ni con el PSOE: abstención o voto en contra. Y no puede pactar con otra fuerza política salvo traición a sus principios y electorado, además de que sería percibida como una simple fuerza de apoyo (muleta) que, irremediablemente (como sucedió al PSA,), será condenada a fuerza minoritaria, testimonial o, aún más, extraparlamentaria. A pesar de ello, en algunos sectores de IU se reflexiona sobre lo acontecido tras los años de la mal llamada pinza bajo el liderazgo de Rejón. Suele recordarse el batacazo posterior (pérdida de diputados) como mensaje del electorado en el sentido de que IU debería haber buscado  acuerdos con el PSOE. Este análisis no es correcto, pues posteriormente hubo cierta colaboración y la caída prosiguió. Además, hoy, el electorado es distinto en un buen porcentaje, y las políticas del PSOE son percibidas más marcadamente como neoliberales. Y los movimientos emergentes como el 15-M, muy certeramente, no hacen distingos entre unos y otros. Por tanto, no pueden hacerse análisis simplistas que tengan en cuenta una sola variable.

Queda, por último, la posibilidad de la disolución del parlamento y convocatoria de nuevas elecciones (la salida asturiana). No la creo probable, pero si sucediera, las medidas hasta ahora ocultas por el Gobierno del PP, estarían en vigor y, entonces, los deseos de cambio en el electorado andaluz, podrían virar hacia IU. No sería por tanto, a pesar del hartazgo de la población por la sucesión de elecciones y el gasto que significan, una salida rechazable sin más.               





martes, 20 de marzo de 2012

Elecciones andaluzas: entre el pueblo y la política dictada por los mercados. PP y PSOE: gestores de los intereses de la oligarquía financiera.




En el artículo anterior veíamos cómo el modelo económico que aplican tanto PP y PSOE es esencialmente coincidente. Concluíamos que es una apuesta para una salida de la crisis del capitalismo que mantenga las plusvalías y trate de impedir la caída de la tasa de ganancia del capital por la vía de degradar, aún más, las condiciones de vida y trabajo de la población; es decir, de reducir el valor social de la fuerza de trabajo. Con esta subordinación general a los intereses del capital y de los mercados, la capacidad de intervención desde cualquier instancia de decisión del pueblo andaluz, el margen de maniobra, será tan limitada, que las consecuencias para el medio ambiente, los recursos naturales de Andalucía y la identidad andaluza, supondrán un incremento del retroceso que se vive en Andalucía.

Pero las políticas del PSOE y el PP no son sólo similares por la defensa del modelo económico y las políticas neoliberales que aplican, sino también en la defensa del orden internacional dominante. Ambos partidos apuestan por la inserción del Estado y de Andalucía en la OTAN y el mantenimiento de las bases americanas en nuestro suelo. Es decir, ambos partidos subordinan la soberanía andaluza a la defensa de los intereses de la potencia hegemónica, el garante político del modelo de globalización económica y de los mercados. Asimismo, también han defendido a nivel internacional el statu quo imperante, según el cual se le sigue negando al pueblo saharaui el autogobierno de sus territorios y se apoya la ilegal ocupación de Palestina por el Estado israelí. No ha habido ningún puto de fricción entre ambas fuerzas en cuanto a política internacional se refiere.

Tampoco existen diferencias respecto al modelo de democracia y la configuración territorial del Estado, o la forma monárquica del mismo, que ambos partidos defienden. La ley electoral favorece claramente los intereses de los dos partidos mayoritarios en contra de una más adecuada representación de la voluntad popular. Ninguno ha mostrado el menor interés en recuperar formas de democracia directa, de control de la actividad política de los profesionales que la ejercen, o de la circulación horizontal de la información, limitando el poder de los grandes medios de comunicación y favoreciendo medios alternativos y de internet para la circulación de la información. En cuanto a la transparencia informativa de las administraciones públicas, Andalucía y el Estado continúan a la cola europea con la aquiescencia del PSOE y el PP. Uno y otro han hecho caso omiso de la tardía y limitada ley de acceso a la información de Medio Ambiente que se aprobó a tal fin.

La educación en general es contemplada por los dos partidos mayoritarios como un sistema de formación de fuerza de trabajo, técnicos y profesionales, subordinado a las necesidades del sistema productivo y del capital. Así está recogido en los acuerdos de Lisboa en el año 2000 y los planes de Bolonia que los desarrollan en lo que a los estudios universitarios se refiere. Entre ellos sólo aparecen matices en cuanto al peso de la enseñanza privada, la concertada y el sistema público. Tampoco tienen diferencias sustanciales en cuanto a la relación Iglesia-Estado: ambos defienden el Concordato y el modelo de financiación. Han surgido algunas fricciones, es cierto, en cuanto al grado de acatamiento de las directrices de la jerarquía eclesiástica. Ello se ha traducido en la polémica en torno a la denominación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, o la ley de plazos del derecho al aborto. En el primer caso resulta  irrisorio el enfrentamiento por el nombre y la retirada de entre sus contenidos, en el tema de las formas de familia, el de las familias constituidas por matrimonios homosexuales. Sería como si de no mencionar en los libros de texto, en los escasos minutos de la hora semanal en que se imparte la asignatura en 3º de ESO, esa innegable realidad, dependiera el futuro de dichas familias. Además de no comprender la realidad del aula (cuando se trata de formar en competencias, cualquier debate social tiene que plantearse necesariamente en el aula), es una ingenuidad o puro cinismo reducir el enfrentamiento a ello. Más importante resulta la oposición realizada a una ley de plazos para el ejercicio del derecho al aborto. Pero no por ello podemos hablar de encontrarnos con alternativas políticas diferentes, sino un caso concreto y de resultado aún incierto.

Lo que sí llama poderosamente la atención es cómo los medios de comunicación próximos a cada uno de los dos partidos mayoritarios (y lo son todos), y los periodistas que actúan como voceros en todo tipo de tertulias, magnifican machaconamente todas las pequeñas diferencias, las mencionadas y otras, que aparecen en sus respectivos programas para presentarlos ante la opinión pública como opciones de gobierno alternativas. Y por supuesto, nada dicen de aquellos otros planteamientos que ofrecen modelos de gestión que suponen la superación de las políticas seguidas por ambos partidos, surgidas al dictado de los intereses del capital, los mercados y los poderes fácticos. En definitiva, se trata de imponer el modelo bipartidista como lo único realmente existente.

viernes, 16 de marzo de 2012

Elecciones andaluzas: entre el pueblo andaluz y los mercados.




El próximo día 25 de marzo se celebran elecciones al parlamento andaluz. Si se confirma lo señalado en las encuestas, por primera vez estaría en condiciones de acceder al gobierno andaluz un partido diferente al que gobierna desde aquellas primeras elecciones celebradas en abril del 82, es decir, un partido diferente al PSOE. En efecto, el primer partido de la oposición en la comunidad andaluza y partido que gobierna a nivel estatal, ganará las elecciones autonómicas. Es duda que pueda alcanzar la mayoría absoluta, por lo que en ese caso necesitaría que algún partido apoyara la investidura de Arenas como presidente de la Junta o, también,  que los otros partidos no se pusieran de acuerdo para proponer un candidato alternativo. Pero las preguntas pertinentes son: ¿realmente se va a producir un cambio sustancial en la forma de gobierno? Las políticas que previsiblemente aplique el PP, ¿serán muy diferentes de las aplicadas hasta ahora por el PSOE?

Ambos partidos, uno porque gobierna en Andalucía y hasta hace unos meses en el Gobierno del Estado, tras 8 años de ejercerlo, y el otro, porque es el que actualmente gobierna en él y lleva haciéndolo en varias comunidades autonómicas varias legislaturas consecutivas, tienen posicionamientos políticos de sobra conocidos. En la legislatura pasada, el 90 % de las leyes fueron aprobadas conjuntamente por el PSOE y el PP y la Constitución fue reformada con el apoyo de ambos partidos. En la actual legislatura, hemos de destacar que la reforma del sistema financiero ha sido aprobada por los dos partidos y ambos han aceptado las decisiones tomadas por los órganos de gobierno de la UE de reducción del déficit a la cifra del 5,3 %. Y ello con un claro objetivo. Lo que está en juego es la salida a la crisis estructural del sistema capitalista. En anteriores crisis, como la del 29, la receta aplicada fue de corte keynesiano. Hoy, la que imponen los mercados, es una salida basada en ajustes presupuestarios y la ortodoxia macroeconómica, tal como corresponde a la dominante política de corte neoliberal. Esta salida de la crisis es más radical y está pensada para mantener el dominio del capital a largo plazo sin que decaiga la tasa de ganancia, tendencia decreciente que ha provocado la huída de capitales al sector especulativo y financiero de la economía. Para ello se han impuesto como tarea necesaria la liberación de recursos en manos del Estado a través del sector público y la reducción del valor social de la fuerza de trabajo.

Como puede apreciarse, aquello que se presentaba como obsoleto, el análisis económico-social basado en las contradicción de clases, aparece ahora con toda crudeza; y con una clase social, representada por la oligarquía financiera, que impone sus intereses sin el freno o los límites que las fuerzas políticas de izquierda, los sindicatos y, también, el miedo que antaño suponía la existencia del bloque del Este, han venido ejerciendo. Es bastante probable que la contracción de la economía persista y la crisis se prolongue debido al subconsumo, y que, entonces, se intenten otras políticas económicas de cariz keynesiano. Pero la reducción del valor de la fuerza de trabajo, es decir la debilitación de las condiciones de vida y trabajo, será un objetivo conseguido que se mantendrá en el tiempo.

En esta disyuntiva, el PP y el PSOE, se colocan al lado de la salida que los mercados vienen señalando. Su grado de acuerdo con dicha situación es tal que desde la propia Comisión Europea, el portavoz de Asuntos Económicos Amadeu Altafaj, ha indicado al actual Gobierno español la necesidad de acatar el cumplimiento del déficit como en su día hizo el Gobierno presidido por Zapatero. Y para el recorte del déficit, ambos partidos recurrieron al mismo tipo de medidas. Ninguna proveniente por el lado de aumentar los ingresos. Antes y ahora se ha producido un recorte del gasto público social. Las reducciones operadas hasta ahora, antes por el PSOE y ahora por el PP, más las que vendrán, persiguen los mismos objetivos. Entre ellos, la disminución del sueldo del funcionariado, recortes en los servicios públicos, prolongación de la jornada laboral, aumento de la edad de jubilación, congelación de las pensiones, precarización y flexibilización las relaciones laborales, caída de los salarios, etc. El Gobierno del PP lleva a cabo sus recortes sobre los anteriores introducidos por el PSOE. Entre ambos, el retroceso social, la pérdida de derechos, la disminución del Estado del bienestar, es una palmaria realidad que no permite distingos. Ni siquiera el aparente enfrentamiento respecto a la actual reforma laboral puede hacernos olvidar que el Gobierno del PP lo que ha hecho ha sido incrementar las reformas iniciadas por el PSOE. La sintonía entre ambos es tal que alcanza hasta los extremos de blindar los privilegios de sus dirigentes políticos, como hemos visto recientemente con las medidas aprobadas para que una vez que abandonen sus cargos públicos puedan acceder como directivos de grandes empresas del sector privado. Así, están desembarcando en ellas compartiendo responsabilidades de dirección, políticos como F. González, J Mª  Aznar, o el más reciente de la exministra Elena Salgado, quien dejó el Gobierno el pasado diciembre y va a ser fichada por la filial chilena de Endesa, empresa en la que ya participan Aznar y Roca. Como puede verse, el color político no es un obstáculo para defender los mismos intereses y, evidentemente, ser posteriormente bien recompensado por ello. El sector eléctrico también tiene o ha tenido en sus empresas como directivos o asesores a exministros y cargos públicos como Boyer, Atienza, Ángeles Amador, Narcís Serra, Folgado, etc.

La aplicación de estas políticas económicas al dictado de los mercados y de Bruselas supone que Andalucía, sus recursos naturales, su población, su cultura, quedarán sujetos a las necesidades que imponen los mercados y la división internacional del trabajo. La pérdida de identidad y de valor como comunidad cultural y ecorregión, continuaría un proceso ya en curso. Es el futuro que podríamos esperar si la optimización del beneficio y la eficiencia productiva, que las tecnologías imponen con la globalización de los mercados, siguen decidiendo el devenir de Andalucía en estos próximos años.


lunes, 5 de marzo de 2012

"Miradas al mundo". Jornadas del Instituto de la Paz y Conflictos y el Grupo Contenidos UGR-15M



Actos públicos, abiertos a la participación de cualquier persona interesada, a realizar en el marco de los Seminarios “Miradas al mundo”, organizados por el Instituto de la Paz y los Conflictos de la UGR, en colaboración con el Grupo de Contenidos de la UGR vinculado al movimiento 15M (Grupo Contenidos UGR-15M).

Son las siguientes:

Sesión 4ª: “Globalización, ciudadanía democrática y cultura de paz”. Será impartida por el catedrático de la UGR, Francisco Entrena-Durán, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología y perteneciente al Departamento de Sociología. Tendrá lugar el viernes 9 de marzo, a partir de las 11 h., en el Salón de Actos del Centro de Documentación Científica, (C/Rector López Argüeta sn, detrás del edificio de la Facultad de CC. Políticas y Sociología).

Sesión 5ª: Seminario sobre el libro publicado, muy recientemente, por Vicenç  Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón titulado “Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar en España” en el que intervendrá de ponente el profesor Enrique Rubio, del Departamento de Organización de Empresas de la UGR. Tendrá lugar el viernes, 23 de marzo, a partir de las 11 h., también en el Salón de Actos del Centro de Documentación Científica.

Sesión 6ª: “Democracia y participación ciudadana”. Intervendrán los profesores de Ciencia Política y de la Administración de la UGR Rafael Vázquez, que tratará aspectos institucionales de la democracia participativa y Fernando Fernández-Llébrez,  que hablará sobre ciudadanía y movimientos sociales. Tendrá lugar el viernes 30 de marzo, de 10 a 13:30 h., en el Salón de Actos del Centro de Documentación Científica.

En la página del Instituto, en la sección dedicada a estos seminarios se irá colgando la documentación correspondiente a cada una de estas sesiones (esquema, lecturas sugeridas, bibliografía, etc.).

Instituto de la Paz y los Conflictos de la UGR, en la sección dedicada a los Seminarios “Miradas al mundo”.

Grupo de Contenidos UGR-15M



jueves, 1 de marzo de 2012

La crisis: recetas del capital o alternativas de los pueblos.

  
Ante las crisis cíclicas del sistema capitalista (algunas han sido más intensas que otras) se ha presentado un muestrario de recetas que han tenido, como polos aparentemente antagónicos, para salir de ella, por un lado  aquellas que han planteado el fortalecimiento de la demanda y el sector público y, por otro, el lado de la oferta, las recetas que han insistido en facilitar la inversión y la iniciativa privada. Las primeras se han identificado con las propuestas de corte keynesiano y las segundas, hoy, son conocidas como medidas de corte neoliberal.

En el debate actual, se impone la propuesta que a corto plazo interesa a los mercados y las instituciones que gestionan la política económica a nivel mundial y europeo. Estas instituciones se encuentran dirigidas por economistas y tecnócratas de tendencias neoliberales y monetaristas. Desde ellas se ha defendido una salida a la crisis basada en los equilibrios presupuestarios, en el déficit cero y la reducción del gasto público liberando recursos para el sector privado y cumpliendo con el pago de la deuda; aunque ello suponga la liquidación del Estado del bienestar. Las grandes corporaciones, el capital financiero y las agrupaciones empresariales insisten en la privatización del sector público, en las ventajas fiscales y en la necesidad de abaratar costes para mejorar la competitividad por la vía de la reducción salarial y prolongación de la jornada laboral; en definitiva, debilitar las condiciones de trabajo (paso previo es disminuir la resistencia sindical) para recuperar beneficios con el supuesto objetivo de futuras inversiones y el inicio de un nuevo ciclo de creación de riqueza.  

Pero también han surgido las voces (Krugman, Stiglizt) que han negado que, en las circunstancias actuales, pueda darse una salida duradera a la crisis con ese tipo de medidas. Recuperando en parte las recetas keynesianas plantean la necesidad de la presencia del Estado para estimular la economía, cuyo gasto público (dentro de cierto límites) y el apoyo a los sectores productivos y estratégicos, impulsaría la demanda y así poder iniciar la senda de la recuperación sin necesidad de liquidar todos los pilares sobre los que se asienta el Estado del bienestar. También se ha sostenido la posibilidad del concurso de los bancos centrales o el propio banco central europeo para el pago directo de la deuda, evitando el oneroso coste que significa recurrir a los mercados financieros, donde el dinero ha sido introducido previamente por estas entidades a un coste menor.

Estos planteamientos, que pretenden mantener lo esencial del sistema económico, olvidan la causa estructural de la crisis generada por el modelo de desarrollo, basado en el productivismo y en la desigualdad. Ni ambientalmente puede sostenerse ni la humanidad puede ver degradadas sus condiciones de vida con el espejismo de una salida de ciclo corto. El modelo se agota y el precio a pagar no será solución. Pero más allá de la esfera social de los poderosos palpita la vida de los pueblos. Su voz, hoy adormecida, puede despertar demandando nuevas formas de existencia, nuevas formas de vida.