jueves, 7 de mayo de 2015

II. La carencia de ideología

Continuación de la entrada anterior (publicada el día 4 de mayo)

II.- Carencia de ideología:

Este concepto no puede utilizarse alegremente como tan a menudo se hace por sus variados significados, no siempre posibles de discernir contextual y pragmáticamente. Algunos pretenden utilizarlo como sinónimo de referente teórico-político. Así, la identificación derechas, izquierdas, liberal, republicano, marxista, etc. y las  familias a las que han dado lugar estas tradiciones, serían la “ideología”. Pues en ese sentido, dado lo contradictorio de sus interpretaciones y errática puesta en práctica, lo más sensato es la carencia de ella.

Como la acusación proveniente de IU es que Podemos no se declara ni de izquierdas ni marxista, Podemos carece de ideología. Pero que algunos marxistas digan esto, parece con ello que olvidan el significado de ideología en el propio Marx. Para nuestro autor, la ideología es una falsa conciencia de la realidad, alienante y mistificadora, determinada por la estructura económica, y a ella habría que oponer el conocimiento científico. En ese sentido, si de lo que se trata es de cambiar una realidad político-social en la que la mayoría de la población está sufriendo las consecuencias de la crisis y han empeorado sus condiciones de vida, si se trata de dar fin a las políticas neoliberales y de desarrollar el Estado de bienestar,  de superar el régimen del 78 y hacer realidad la democracia, no hace falta una identificación ideológica, sino de dotarse de los dispositivos y la estrategia adecuada que permitan la consecución de esos objetivos. 

Pero además de dispositivos y estrategia, es evidente que esto presupone que se tienen determinadas ideas acerca de la justicia y modelos de sociedad que se persiguen. Este es otro de los significados del concepto ideología, ya alejado de cualquier determinismo económico y con cierto grado de autonomía. En este sentido nos referimos al conjunto de ideas que impulsan a la acción, a la transformación de la realidad. ¿Por qué, en consecuencia, debería pensarse que los hombres y mujeres de Podemos no tienen ideología? Preocupados por la degradación de la dignidad del ser humano y partiendo de tradiciones de pensamiento diferentes, como puedan ser el marxismo, republicanismo, cristianismo, ecologismo, libertarismo, etc., se puede confluir en la defensa de esa dignidad expresada en los derechos humanos.

Aunque han sido varios los autores que ejercen de referencia teórica en los dirigentes de Podemos (Gramsci, Laclau, Boaventura de Sousa…) parece que algunos dirigentes de IU quieren la adscripción en alguno de los –ismos tradicionales de matriz marxiana y, por tanto, la identificación como organización de izquierdas. Pero cuando se trata de  que la ciudadanía indignada, la multitud y las clases trabajadoras adquieran el empoderamiento y hegemonía para el ejercicio real del poder político que permita la transformación de la realidad, lo que se necesitan son los conocimientos que las ciencias sociales, económicas y políticas hoy posibilitan. Y para ello no es necesaria la adscripción a holismo ideológico alguno. En las ciencias experimentales, las teorías se consideran válidas si sirven para predecir y resolver problemas indistintamente quiénes hayan sido sus formuladores. Los dispositivos para transformar una realidad social y política son diferentes a las ciencias experimentales, porque el objeto, con la complejidad e inexatitud que supone, ahora trata de seres humanos, de estructuras sociales y del poder. Pero de nada vale seguir aplicando obcecadamente teorías basadas en análisis de épocas y sociedades diferentes y que han mostrado sus insuficiencias.

Como decía Foucault, ningún historiador tiene por qué declararse marxista, pero difícilmente puede estudiar historia sin hacerlo desde la teoría de marxiana, al igual que el físico no necesita citar a Newton cuando investiga sobre un problema de su área de conocimiento. Cuando se trata del poder político, todas las aportaciones teóricas tienen que tenerse en cuenta si sirven para el objetivo emancipatorio perseguido. Y para eso no es necesaria la adscripción -siempre excluyente- a ninguna ideología (para quien guste de ese concepto) o teoría política.

(Continuaremos en unos días)

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