sábado, 29 de junio de 2013

Con la renuncia de Griñán a repetir como candidato de la Junta de Andalucía, ¿se trataría de facilitar el camino a la gran coalición PP-PSOE?



No se esperaba que el presidente de la Junta de Andalucía renunciara públicamente a la posibilidad de acceder a un tercer mandato. Pero más sorpresa ha sido la celeridad con la que se han tomado el proceso que desembocará en la nominación del candidato a la presidencia de la Junta. Será mediante unas elecciones primarias que concluirán a finales de julio. Y ya es público el nombre de la candidata oficialista: la consejera Susana Díaz.

¿Tiene alguna repercusión realmente importante para el pueblo andaluz este hecho?  En principio, este relevo carecería de importancia si nada cambia hasta las próximas elecciones dentro de casi tres años. Pero las prisas en la nominación parecen indicar que sí habrá cambios que afectarán al Gobierno andaluz. Algunos analistas, sin embargo, consideran que la decisión obedecería al interés en adelantarse al resto de las fuerzas políticas con líderes desacreditados (Zoido, PP), poco conocidos (Maillo, IU) o aún por designar (las fuerzas sin representación parlamentaria: UPyD, EQUO…). Pero ¿por qué concederle el plazo de tres años para que preparen y fortalezcan sus respectivos lideratos? Tampoco parce creíble que la renuncia pueda deberse a las consecuencias que podrían derivarse de la investigación judicial de los EREs. No, aquí hay una jugada más de fondo y que sí va tener repercusiones en la gobernanza.

No hace muchos días, el presidente de ATTAC Andalucía, Carlos Martínez, advertía en un artículo publicado en la página de Construyendo la Izquierda-Alternativa Socialista (ver enlace abajo) de la gran coalición que se gestaba entre PP y PSOE. El reciente acuerdo para una posición común ante las instancias europeas, que da continuidad al acuerdo anterior para la reforma de la Constitución, conformaría la fáctica mayoría parlamentaria en política económica y que, plausiblemente, podría producir nuevos consensos en el futuro inmediato. El alcance de los mismos se dilucidará en las próximas semanas/meses.

Aún con ello, todavía sigue en el aire la pregunta de cómo podría afectarle esto a Andalucía. No significaría ningún problema si el gobierno andaluz fuese un colaborador fiel de Madrid. Pero eso no es posible mientras IU sea socio de gobierno del PSOE. Y en ese nuevo escenario que se está consolidando, lo que se precisa es colaboración y obediencia institucional. ¿Qué mejor momento que ahora que al PSOE las encuestas le dan como ganador ante unas hipotéticas elecciones para desprenderse de un incómodo socio? ¿Bastaría un desacuerdo con los presupuestos del 14 para tener la excusa para un adelanto de las elecciones?

Evidentemente, una operación así le supondría un enorme desgaste público y personal al presidente Griñán, que apostó fervientemente por el pacto con IU. Ante ese  panorama, lo más inteligente es retirarse a un segundo plano y que sea otra la persona que dirija los destinos del PSOE.

Por tanto, lo que podría estar gestándose es una vía para desembarazarse de IU del Gobierno andaluz. De esta forma, la contención en la aplicación de las medidas de corte neoliberal que la presencia de IU le obliga, y las otras medidas de cariz progresista que podría demandarle, se verían por fin liberadas.

El problema, entonces, se le plantearía a IU, que, al haber dulcificado algunas políticas (ley sobre la vivienda, contra la exclusión social…) y frenado en buena medida la contestación popular contra el Gobierno de la Junta, sobre todo en el terreno sindical, ha conseguido indirectamente que el PSOE andaluz no reciba la desafección, y consiguiente descenso en intención de voto, que tiene en general en el Estado español. Asimismo, IU habría detenido su propio ascenso electoral, toda vez que buena parte del electorado que podría haberse inclinado hacia la coalición, ahora continuaría mostrando su apoyo al PSOE, a quien identificaría como un partido con políticas netamente diferentes de las aplicadas por el PP  

La tarea que tendrá que acometer el nuevo coordinador de IU es ciertamente compleja. Y veremos con qué margen puede maniobrar en las próximas semanas mientras Valderas mantiene en su discurso la gestión realizada y apostando por la continuidad.

http://cli-as.org/2013/06/16/el-pacto-pp-psoe-o-el-inicio-de-la-gran-coalicion/


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