¿Quién ha vivido por encima de sus posibilidades? ¿Quién ha
adquirido la deuda de la que se tiene que responsabilizar toda la ciudadanía?
Esta pregunta que muchas personas se hacen es respondida por el Gobierno de
forma miserable achacándosela a las administraciones públicas, que se han
extendido ofertando numerosos servicios públicos y a “los españoles, porque
todos hemos vivido por encima de nuestra posibilidades”. En consecuencia, el
Estado, asumiría la responsabilidad de crear las condiciones para su devolución
y para un funcionamiento equilibrado de la economía del país, procediendo a la
política de recortes del gasto público y poniendo límites al endeudamiento.
Pero tras todo esto se esconden varias
mentiras: del total de deuda a finales de
2011 (4,3 billones de euros), la deuda de las administraciones públicas representaba
sólo el 19,1%; siendo la deuda privada, contraída por empresas y familias, el
80,9%. Por tanto, podemos decir que la deuda que ha repercutido en el bienestar
de toda la población, la deuda pública, es muy pequeña en relación a la
privada; y además ha venido descendiendo desde 2004. Así que quienes
repetidamente argumentan con la excesiva extensión de los servicios públicos
como responsables de la deuda, mienten descaradamente.
Centrándonos en la deuda privada, la que
está formada por la deuda de las familias y la de las empresas, la deuda de las
familias representaba solo el 25,5%, mientras que la deuda empresarial
alcanzaba el 74,5%. Por lo que podemos decir que la deuda de las familias, la
de los hogares, es sólo de un tercio de la deuda de las empresas; o sea, que son
las empresas la que han contraído la mayoría de la deuda privada. Pero, ¿qué empresas?. Pues el 95 % de la deuda
empresarial la poseen las empresas de más de 250 trabajadores/as, las grandes
empresas. Si además pensamos en que el porcentaje de esas empresas sobre el
total de las mismas es menor del 0,15 %, entenderemos entonces que sólo unos
puñados de empresas son las que se han excedido acaparando la deuda
empresarial, y la mayor parte de la deuda privada, que es muy superior a la deuda
pública.
¿Quién ha vivido por encima de sus
posibilidades? Esa minoría empresarial, ese grupo de personas pertenecientes a
la élite económica del país. Y si alguien quiere argumentar que existe un
problema de deuda, debe dejar claro que no es un problema generado por los
ciudadano/as ni por la extensión de los servicios públicos (sanidad, educación,
pensiones, ayudas a la dependencia, desempleo…), sino por la desmesurada
ambición de unos grandes capitalistas, de familias muy ricas, movidos por
exclusivos intereses en negocios con el ladrillo y en otros países. Cualquier
otra responsabilidad sobre la deuda es una mentira dicha para ocultar la
realidad, para ocultar a ese pequeño sector de la población responsable de ella
y, además, una excusa para convencer a la ciudadanía de la necesidad de aceptar la política de
recortes.
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