Se incrementa el
debate en el seno de las plataformas municipalistas Ganemos. Un sector de ellas,
defendida por miembros de Podemos entre otros colectivos, propone que estas
plataformas se configuren como agrupación de electores. Otro sector,
fundamentalmente nucleado en torno a IU, propugna que la fórmula jurídica de
las mismas sea la de una coalición de partidos.
Las ventajas de una
coalición de partidos, siempre que se presentaran en el mayor número posible de
municipios, son innegables. Por decirlo resumidamente: los concejales obtenidos
computarían para las diputaciones provinciales (con la importancia que tienen
para los municipios pequeños municipios) y sus resultados podrían
rentabilizarse tanto económicamente como en espacios gratuitos de propaganda electoral. Y
lo mismo que una coalición de partidos, como es obvio y esa parece que será la
fórmula adoptada por Guanyem Barcelona, sucedería si se presentaran como un
partido político. Ninguna de estas ventajas se producirían, o en bastante menor
medida, en el caso de una agrupación de electores (computan sólo para el
municipio al que se presentan).
Aunque aparentemente
la opción de la coalición (o como partido político) posee unas ventajas de las que carece su alternativa, ambas propuestas encubren otro debate
de mucho más calado. Descartada la posibilidad de que Podemos sea la fórmula
partidaria que formalmente representase a las plataformas Ganemos (no ha sido
planteada por ahora y no se avizora en el horizonte), queda la opción de una
coalición de partidos. Esta sería una marca política que integraría en su seno
a fuerzas políticas como IU, CLI-AS y otras, además de movimientos y
asociaciones (aunque de facto se imponga la participación individual con
mecanismo de democracia directa). Pero si entre estas fuerzas se encuentra
Podemos, la fuerza política cuya hoja de ruta se encamina hacia las próximas
elecciones generales con opciones reales de alcanzar la mayoría, integrarse en
una coalición con fuerzas políticas cuya identidad ideológica y trayectoria
política cuenta con un respaldo minoritario de la población, provocaría entre
el electorado una imagen similar a la de sus socios de coalición, mermando
considerablemente su progresiva expansión entre los de abajo, entre la mayoría social que no pertenece al decil de los más ricos.
Peor aún: un
escenario con una coalición de partidos, más o menos exitosa en las
municipales, dificultaría enormemente una posterior ruptura para unas
elecciones autonómicas y generales (que sería difícil de entender en algunos
sectores fuertemente identificados con la izquierda). Y el coste mediático de la
ruptura repercutiría negativamente en Podemos. Concurrir a las generales con
una marca política (Ganemos) diferente a la de Podemos, hoy por hoy, es un
favor al régimen bipartidista que sólo un insensato o interesado en su
preservación puede desear. No se puede cambiar de marca a un año de las
elecciones y con todo (o mucho, por ahora) a favor de.convertirse en la primera
fuerza política estatal.
Es previsible que a
Podemos traten de ponerle muchos obstáculos, que disminuya su presencia mediática
(también durante las campañas electorales) y se incrementen los ataques y
difundan todos los bulos posibles. Pero la espiral de simpatía (porque es de
necesidad) que ha generado, es dudosa que puedan frenarla. La situación
económico-social, política e institucional exige de una fuerza política para
superarla, y Podemos se ha presentado como el instrumento capaz de hacerlo.
Diluirse ahora en una coalición de partidos, como Ganemos, sería una
irresponsabilidad en la que no incurrirá la dirección de Podemos.
La deseable unidad
de quienes se oponen al bipartidismo y a las políticas neoliberales tiene que
hacerse sin prisas, aunque eso suponga llegar a las próximas generales con varias
fuerzas políticas con bastante similitud programática compitiendo entre sí (cada una de ellas posee su
propio mensaje y, también, parte de electorado diferente). Pero, ¿qué hacer en
las municipales? Las plataformas Ganemos que se constituyan como agrupación de
electores (Córdoba) podrán contar con el apoyo de Podemos, como ya han anunciado. Las que se constituyan como
coalición (que no podrán evitar ser etiquetadas como marca blanca de IU) o
compiten con Podemos (si es que decide concurrir en algún municipio) o con las
agrupaciones de electores que cuenten con el respaldo de Podemos (tal vez
podría ser el caso de Málaga). La situación, por tanto, no resultará fácil en muchos municipios. Pero el caminos hacia las generales, para Podemos, continuaría con la misma hoja de ruta que le señala como posible fuerza política mayoritaria.