viernes, 5 de julio de 2013

Andalucía y las clases trabajadoras sufrirán las consecuencias del pacto PSOE-PP. El tratado de libre comercio con EE.UU.



El reciente acuerdo entre PP y PSOE para defender ante las instituciones europeas una política común, es algo más que un supuesto plan para combatir el paro juvenil. Este acuerdo muestra la profunda identificación en materia de política económica entre el PP y el PSOE. No es nada nuevo, pero ahora quizá sea más llamativo por cuanto el PP tiene mayoría absoluta, el PSOE supuestamente tendría que estar haciendo oposición y, además, gobierna en Andalucía coaligado con IU, no con el PP.

Sin embargo, en lo realmente decisivo para las condiciones materiales de vida y trabajo de la población, de la economía y agricultura andaluza, es precisamente con este partido, con el PP, con quien el PSOE se pone de acuerdo.

Uno de los puntos del acuerdo, en concreto el punto 6, se refiere al tratado de libre comercio con los EE.UU. Dice así:

Punto 6: “Apoyar un rápido comienzo de las negociaciones de un acuerdo de libre comercio entre los Estados Unidos de América y la Unión Europea ambicioso y mutuamente beneficioso”.

Aunque las negociaciones de este tratado están pasando desapercibidas sin que ningún medio informe de ellas, algunas cosas pueden decirse de él, por lo que se proponen y a tenor de otros similares firmados entre EE.UU y otros países. Antes que nada, para que pueda advertirse de la importancia de este tratado, es la presencia en Bruselas de 2.532 lobbies interesados en su redacción (véase Vicent Navarro en http://www.vnavarro.org/?p=8967) Pero, ¿y la ciudadanía europea? ¿Y las clases trabajadoras del Estado español? ¿Y Andalucía y el Gobierno andaluz?  ¿No tienen nada que decir?

Como otros tratados de libre comercio, con este también se pretenderá la drástica reducción o eliminación de las aduanas permitiendo la libre entrada de productos, mercancías y servicios entre EE.UU y la UE. Dado que EE.UU sí dispone de política monetaria a través de la Reserva federal, que funciona como un banco central (cosa que no ocurre con el BCE) y cuenta con una moneda más baja, la competitividad les garantiza la penetración en los mercados europeos… y andaluces. ¿Podrá la agricultura, ganadería e industria asociada andaluza resistir frente a la invasión de productos americanos?

Pero además, la prevista eliminación o armonización de reglamentos, normas sociales, medioambientales y de seguridad alimentaria (que suponen barreras a los productos), las grandes empresas americanas tendrán abiertos los canales de expansión. Las del sector agroalimentario, con transgénicos y carne tratada con hormonas incluidas, serán una amenaza a la incipiente pero emergente agricultura ecológica y a la salud alimentaria, y aleja aún más la ansiada soberanía alimentaria y el comercio de proximidad. Exceptuando los sectores hoy ya enormemente controlados por la distribución, y las empresas que exportan en la actualidad al mercado norteamericano, aumentará el control y dependencia exterior de la agricultura y la agroindustria andaluza. Pero también proyectos ambientalmente cuestionados, pero que en EE.UU llevan años de desarrollo como la extracción de gas mediante la técnica denominada fracking, pueden verse libres de impedimentos legales para su desarrollo en territorio andaluz.

En la negociación también estarán presentes los servicios públicos. Está por ver en qué medida exigirán su liberalización para que puedan invertir y competir empresas americanas. Pero el Gobierno andaluz debería tener puntual información y transmitirla a la ciudadanía.

Lo que si se prevé, a la vista de los sucedido tras el tratado suscrito entre México y EE.UU, es la desaparición de pequeñas empresas y las deslocalizaciones de otras muchas. Además, si a esto añadimos que en el acuerdo también se plantea la aplicación de la directiva Bolkestein, la desregulación social y empobrecimiento será un hecho. Como dice Vicent Navarro, “hasta ahora, la excusa para hacer tales cambios (como la privatización) era que así lo pedían Bruselas, Berlín o Frankfurt. Ahora se añadirá Washington. Y continuarán haciendo tales cambios con silencio, nocturnidad y alevosía, sin apenas discusión pública. Y a todo ello tendrán la desfachatez de llamarlo democracia."

Nuestro gobierno, el gobierno formado por PSOE e IU, no puede mirar para otro lado. El futuro de Andalucía, de su pueblo, se juega en manos de élites económicas y financieras a las que el PP y el PSOE se han entregado. Se entregaron hace tiempo.